miércoles, 8 de junio de 2011

FEDERALISMO Y CENTRALISMO
Introducción
El fracaso del imperio se debió tanto a los irrefrenables impulsos absolutistas de Iturbide, que contribuyeron al creciente desacuerdo en su contra, como al oneroso aparato cortesano con que se hizo rodear, sin tomar en cuenta la ancestral pobreza de la mayoría de sus súbditos y las precarias condiciones en las que se encontraba el país al iniciarse la vida independiente.
El establecimiento de la república, por consiguiente tuvo una favorable acogida por muchos conceptos, ya que se consideró que era el sistema gubernativo qu mejor satisfacía los ideales se emancipación popular, libertad y justicia de los próceres insurgentes. Pero al ponerse en marcha el proyecto republicano, aparecieron dos tendencias, que correspondían a los antecedentes socio-políticos de los más importantes sectores de la población: la federalista y la centralista.
Los federalistas simpatizaban por una república democrática y representativa, con división de poderes, en la que fueran respaldados los derechos de las provincias (Estados) que la integraban, y el de sus habitantes en lo tocante en la elección de las autoridades. Entre las figuras representativas de dicha corriente destacó Valentín Gómez Farias quien en su interinato como presidente de la república le dio un extraordinario impulso al sistema federal, dentro de los tradicionales principios liberales, y anticipándose al proceso reformista que más adelante marcaría una interesante etapa de la historia nacional.
Los centralistas por el contrario, querían un régimen autoritario, en el que el poder presidencial fuese ejercido en todo el territorio del país, sin ninguna limitación derivada de las atribuciones de las diversas regiones en que se encontraba dividido. A esta tendencia, por naturales razones de afinidad ideológica, ingresaron muchos “iturbidistas” y ex -monárquicos. El más relevante del centralismo fue Fray Servando Teresa de Mier.
En la pugna en la cual se enfrentaron estas dos grandes corrientes, Yucatán sufrió graves trastornos en su paz interna y hondas divisiones entre sus hijos. Los liberales que seguían el pensamiento de los “sanjuanistas” se pusieron del lado del federalismo, a cuya bandera sirvieron apasionadamente tanto dentro del estado como en el ámbito nacional. Entre las organizaciones que se formaron para intervenir en las contiendas electorales bajo el signo federalista, adquirió notoriedad “La liga”
Los conservadores, por su parte, no perdieron oportunidad para mostrarse partidarios del centralismo, tanto en los movimientos subversivos que se produjeron en el terruño a favor de esa tendencia, como apoyando a quienes, fuera de él, combatieron el sistema federal y a los hombres que los representaba política y doctrinariamente. La agrupación formada por los citados, fue citada con el nombre de: “La camarilla”

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